domingo, 25 de enero de 2009

Celdas




MARY
(A wistful smile)
I'm looking for a private island.

NORMAN
What are you running away from?

MARY
(Alert)
Why do you ask that?

NORMAN
No. People never run away from
anything.
(A pause)
The rain didn't last very long.
(Turning suddenly)
You know what I think? I think we're
all in our private traps, clamped in
them, and none of us can ever climb
out. We scratch and claw... but only
at the air, only at each other, and
for all of it, we never budge an
inch.

MARY
Sometimes we deliberately step into
those traps.

NORMAN
I was born in mine. I don't mind it
anymore.

MARY
You should... mind it.

NORMAN
Oh I do... but I say I don't.
(Laughs boyishly)



En la medida que uno asciende en los años, los pareceres y las concepciones van madurando, algunas se flexibilizan más que otras, y las posturas pueden ser menos litigantes. Un sábado como cualquier otro en el que uno busca ante el sentido de soledad, rodearte de lo que mejor conoces, de mi parte cuando me siento sola, me dispongo a ver de nuevo las películas que me han gustado hace unos años, siempre le encuentro nuevos enfoques. Esta obra de Hitchcock ha sido sobreanalizada y siendo el análisis enfocado, en que el señor Bates es un transformista o el síndrome de Edipo de este personaje etc, etc.
Yo le encontré algo novedoso por lo menos para mí, y es el grado que cada individuo tiene de ser preso de una persona, circunstancia, miedo, siendo éste el responsable de salir de ella, sólo que es más agradable vivir en cautiverio que tener las agallas de lanzarse a un camino nuevo, así parezca similar a otros en ciertas vértices del ángulo.

Lo curioso de las cárceles donde cada quien logra tener su propia llave que permite sí así lo decides, tu salida eventualmente, nadie es preso, sino de sí mismo, uno se autodomestica y el quejido rechinante del lamento o del aliento que desea inspirar la libertad, están de tu lado del paraje catalogado como existencia.

Años en la costumbre, domesticado, con la cabeza baja, muchos legitiman sus estados con pretensiones morales, de autosacrificio, cómo si acaso ser feliz fuese algo de penitencia entre más sufres, serás recompensado más adelante. La vida no transcurre en ser un mártir, la vida consiste en tener la suficiente inteligencia y precaución de no volver a esas cárceles a las que alguna vez fuimos sujetos voluntaria o involuntariamente.

A veces, el individuo puede acostumbrarse y le cuesta en sobremanera desligarse de eso que le amarra invisiblemente a ese aquello, que supuestamente decidiste dejar atrás, acá uno se cuestiona quién es el carcelero el ello o el aquello, la ella u el él.
Sin mucho miramiento, pues sí, sigue el subterfugio de todo lo que forma parte de tu cárcel, el entorno, lo que el entorno te ofrece, los allegados, lo común y los lazos visibles e invisibles.


Por mi parte nadie tiene las llaves de mi cárcel, salí en libertad de ella y aún me cuestiono si debo ser presa de ese ello, que de alguna manera indirecta formaría parte de la cárcel entreabierta de la bestia que aún no se decide cerrarla por completo*




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