jueves, 8 de mayo de 2008

Alcances

Sorprendentemente esta noche decidí de nuevo escribir, debo admitirlo el estímulo me lo dio el hecho de tener contacto con alguien que significó demasiado en un tiempo, hasta decidí viajar hasta donde vivía él, para tener nuestro encuentro. En ese traslado conocí demasiado de la naturaleza humana además de personajes sacados de alguna residencia estudiantil sueca, en algún momento el avión y Noruega tuvieron más peso y resistencia que el temblor que nos unió una noche de navidad.

Realmente es increíble ver hacia atrás y balancear lo que fuiste alguna vez, y a dónde te diriges, es cierto muchas personas contribuyen a ello de alguna manera. Con acciones, cambios, sonrisas, odio y un sin fin de emociones que equivalen a crecer y mantener la constante.

Como es asiduo en mí todo tiene un track musical específico, en este preciso instante luego de buscar por todos lados una canción que me tenía prendada, la cual servía de toque perfecto para musicalizar el final de Garden State, pues sí al fin la conseguí. Da la coincidencia que también sirvió de tema para Jeux d'enfants una película que forma parte del Festival de Cine Francés, la cual tuve el placer de ver, y afirmé que por segunda vez alguna dupla director-guionista diseccionó lo que significa para mí el amor (la primera fue con Eternal Sunshine of the Spotless Mind).
De una forma que sólo pueden conjugar los franceses, se plantea la fórmula clásica de boy meets girl and he keep her, pero sea predecible o no, la constante que me encantó fue la cajita que ellos utilizaban como recordatorio de todo ese jugueteo galopante de la niñez hasta la formación posterior de la adultez.








Entre prefencias y visiones el amor siempre será el tema primordial que nos une a culturas, pensamientos y destruye cualquier barrera étnica e idiomática. Pero como todo lo bueno tiene un fin, puede ser un happy ending o un hate ending, sea cual fuera el final creo que las circunstancias en que se producen dependiendo del corte de tomas (cine) es lo que da ese caracter a la culminación.
Lo único que no me agrada de ello es cuando luego de la ruptura, se introducen los nuevos personajes que sustituyen a lo que dejó de ser el presente, y comienzan a emitir juicios o hacerse voceros de algo que no tuvieron que ver, o si acaso estar en una postura de narrador omnisciente que vive a través de las percepciones de quien cuenta la historia.

Pero una vez más, no importa que juzguen conforme a la realidad que apenas comienzan a conocer, yo sigo apostando por la variedad, la estabilidad y aquello que me sirva de inspiración, no necesito de una línea sin quiebres que de alguna manera terminará en el tedio que produce el aburrimiento de la falta de química.

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