sábado, 14 de marzo de 2009

Semanario grandielocuente



Tras culminar finalmente una semana donde te ponen a prueba el máximo nivel de capacidades que un ser humano puede ir reservando en la alforja: la paciencia, la tolerancia, la humanidad, las emociones y los preceptos morales.
En contadas situaciones puedo perder el control y sentirme avasallada por los recordatorios que nos da el fatum en este tránsito circunspecto. Con la partida de seres que dejaron una tinta indeleble en nuestro espíritu, con sus cuidados a temprana edad, más su poderío cosechado pacientemente, en las historias, similitudes y la gran empatía con que determinadas almas pueden entregar sus semillas para detallar la cosecha al estar lista la siega.

En menudas palabras, comprendí el hecho de perder a alguien importante en la crianza de los tuyos y de mí misma, la piedra angular de mi geneología y el ánima que unía invisiblemente parentezcos lejanos.


En momentos de crisis uno se percata cuál es la naturaleza que realmente te caracteriza, si eres fuerte, débil o si con las vicisitudes no te amilanas si no que sacas el remanente que allí se encuentra anidado en los confines de los limites.
Pues sí, pasé la prueba y al ver tanto dolor sólo pude atisbar un poco de jazmín y oliva en las sienes de aquellos a quien amo...


En el confín de mis días...finaliza una de mis semanas cruciales---



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