martes, 1 de julio de 2008

Horizontes



Un mensaje corto, un escrito sacado del horno, un sentimiento galopante, un muelle cruzado en el verano lluvioso.
Luciérnagas dieron la bienvenida al vendaval, ascensos, copas, entremeses y un catar de risottos.

El verde pasó a marrón, de marrón a gris y del gris al verde oliva de siempre. Soltura, arcos y vestigios de solidez. Acento irremediable, jotas exuberantes y picadillo en el humo del día.


Como te extraña mi alma...


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