miércoles, 26 de agosto de 2009

Entre lecturas

Me encontré esta tarde, en una plaza no muy cercana a casa. Mientras sus palabras susurraban mis encantos internos, esas Cartas a Naxia de Jesús Enrique Barrios, dieron forma real a mis emociones más internas.
Esta joya venezolana, está dividida en la evolución de una relación en los años, hasta arribar al final, ese funesto exilio de aquel personaje sin nombre, su marea de subes y bajas ante el cénit en que se ve sumergido en la ausencia de su amiga Naxia. En cada roce de mis huellas entre la tinta, contemplaba el horizonte recordando cómo este libro llegó a mis manos. Podría llamarlo a él por así decirlo, una situación especial en una fase contigua, irrisoriamente el autor de esta obra era el padre de aquella que aún iba en su acechanza, nunca desconfié de él; por el contrario en cada parada de cinco horas a distancia, crecía algo inaplacable adentro muy adentro.

Circunstancias inmencionables dieron a luz un gran entendimiento por antonomasia y telepatía inexplicable, con algunos paralelismos entre acciones. Debajo del velo en que apenas se entrevé la señora luna, quise compartir algunos extractos que me encantaron:

1.1 Lo denominé proceso de aislamiento para enfocarse en el yo y desenmarañarse de aquello que empezó a formar parte de ese yo, su ella (amante)

"Amiga mía de reconciliarme con la realidad, es decir, con mis asuntos y con las fatales relaciones gregarias. Ambos me atormentan y con gusto preferiría olvidar los primeros, y no te imaginas con cuánto agrado abandonaría las segundas. A lo largo de mi vida huyo de los ricos y poderosos y de la gente cuya inteligencia sólo sirve para darle cumplimiento al instinto.

Detesto el poder tanto como la fatuidad. Me afilio a las personas sencillas y sensibles que son capaces de oír música, captar la grandeza de la corrientede un río y echarse en el suelo a contemplar las estrellas. Me gusta la imaginación y el tiempo que utilizo recorriendo el mundo de la reflexión, sin llegar, por supuesto, a conclusión alguna. De este hecho nace mi marcada inclinación por la especulación y por las preguntas que se han formulado algunos filósofos sobre el hombre, sin ánimo de fijar recetas ideológicas ni teorias explicatorias de los intringulis cósmicos. Prefiero las actitudes que me inciten al vuelo o a la multiplicación estética de la alegría de vivir. En otras palabras, prefiero andar por la playa oyendo el origen del mundo.

Ciertamente amiga mía, recurro con frecuencia al olvido, pero sólo como tentaiva de evadirme de esta podredumbre numérica, que al seriar los actos de la vida, nos condena a unamuerte no querida y a un sufrimiento que disuelve el alma en la misma cloaca por donde los excrementos van a servir de abono a las multitudes hambrientas de emociones.
No me gusta recordar las danzas, asedios, temores y aciertos que algunas vez fueron en mi ser. De ahí que haya optado por mutilar la memoria y no atraer al día de hoy lo que en puridad denominamos con la palabra muerte.

1.2 Indefinición en una relación (mi punto de vista)

Amiga mía:

¿Será posible que la luna haya cuajado una tormenta para poder visitarte? Los escombros anastilosan los recuerdos en la plenitud de la vida y se transforman en la simiente que ha de resucitar la primavera.

Amiga mía, mi itinerario naufraga entre tus dedos y espera que ellos abran su contenido, para averiguar si puedo construir la medida de tus impulsos. El desdén con que el mundo trata esos asuntos me revela que no puedo dejar mi alma en entera libertad, pues su libertad está en la tuya y a cada momento quiere ir a implorar no sé qué satisfacción, no sé qué apetito y locura para mí solo, porque una imperceptible ilusión alza vuelo hacia la feliz alquimia donde tus ojos estallan de alegría. ¿Podríamos salvar el espacio que aún separa la negación de los argumentos con que mi gesto pretende tu piel? ¿Qué maniobras obstaculizan el enjambre hambriento que mi sangre envía tras el eco de tus viajes? Siempre hay un poco de luz que podemos usar a favor del porvenir.
De pronto, siento que la balanza se inclina en pro de mis deseos y me veo en una dulce definición que caracteriza la calidad del miedo que debo utilizar para afrontar mis decisiones. No sé, amiga querida, si este antiguo dolor todavía crece y blande sus banderas para saludar el señorío con que haces los caminos, pero si sé que una violenta germinación provoca despertar en las profundidades con que una violenta germinación provoca despertar profundidades con que mis sueños descubren el encanto que guardas en tus antojos de mujer. En esa dimensión una quijotesca batalla desata una tormenta que mantiene en ascuas la realidas que me circunda.
Estas referencias son un castigo provenientes de la inconstancia y la tímida emanación de los sentidos, que producen un tiempo, que quisiera durar la vida que se anhela, o el instante eterno a los efectos de haber absorbido para siempre el choque de los contrarios, que se unen en el tangencial alumbramiento ilimitado. Ahí el misterio resulta inviolable, agranda sus dominios y me mantiene suspendido en la confusión de tus caprichos.

Naxia querida, sé que es inútil revolver mi locura para separar de ella alguna promesa que pueda cimentar la seguridad de ella alguna promesa que pueda cimentar la seguridad y la entrega de los días y las noches que exigen una fe compartida y una discusión que podría conducir a la aberración de contar las estrellas y la solas del mar, tan sólo para creer que, juntos hemos realizado un esfuerzo, que le conceda sentido a la responsabilidad que nos impone el trasunto convencional de los vecinos.
Y sé amiga, que la tristeza azota mis rumbos, a tal punto, que en mis ojos un adagio incierto inclina mi vida hacia el indefinido desierto del ayuno. Ojalá que aquel viejo hechizo, creado entre los dos, pueda auyentar el miedo que poseen mis afirmaciones y que detrás de ello, se entienda que aún palpitan. con signo mayúsculo, las apetencias descarnadas de una sinceridad que exige un poco de vino y un vendaval de íntimas sensaciones. Asimismo exige que seas tú el más alto emblema del enigma que me toque despejar. Entonces, la tarea sería un iluminado suceso para mis emociones. Además culminaría, de esta mentira, la realización más querida de mi sangre.

No sé si es demasiado creer que la noche de la luna se hizo para los dos. Y que al compartirla, podamos imaginar una sola vida y una sola sensación. Ojalá que sea la redención por la cual insaciablemente pregunta mi búsqueda, la que venga en mi auxilio y transforme el deseo en vívida realización.

Final:

Amiga mía:

En mi espíritu la fidelidad del amanecer demuestra que debo acostumbrarme a la soledad. Sé que el mar es azul pero no puedo soportar la idea de ese color sin tus ojos. No soy el prisionero de nada ni de nadie y sin embargo no me siento libre, sobre todo cuando merodeo alrededor de tus problemas. Mi razonamiento es pura confusión. Nadie puede ser testigo del misterio. Se vive y se muere en él y nada más- Las otras actividades son intentos fallidos que se identifican con el juego. Mis dislates se multiplican a medida que mis convicciones agonizan en su aislamiento.Vivir sin ti, Naxia, es una prueba que a priori me anuncia el revés. La penumbra se ha instalado en mis decisiones. Me debo declarar en fuga. Antes, hostigado por los hombres huyo de los dioses. Esos son los componentes de la soledad que me espera.



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