viernes, 21 de agosto de 2009

Sombras perfumadas


Hablemos,
hablemos
con el enclave de la medición del tiempo,
en la arena moteada.

¿Crees que se podrá?
no lo sé,
seguro en dos días.
Oh no en dos días no puedo,
vuelvo a destiempo, pero si puedes el domingo de pascuas.

Creo que el domingo de Pascuas no puedo,
en la caída de Saturno a la tierra,
creo que tengo un espacio libre.

Cuando mis manos envejezcan y tenga un esposo y dos hijos,
con un perro,
una gallina,
un diván,
un pasaporte foráneo.

Allí será el momento indicado para hablarnos.

Sólo que tú delimitas el espacio y la medición temporal.
¿Y si me deshielo?





Las transiciones entre el plano A y el plano C, entre la secuencia de vida firmada por mera efusividad un sábado en la noche. Ya dejará de ser igual la regresión de los sedimentos, ya no ves nada igual, te entumeces, te pones en perspectiva y te dejas llevar tanto por las sensaciones de las manos, te estiras y te das cuenta que todo va perdiendo el valor ideal y realmente las palabras cumplen su propósito y te desmenuzan en la seguridad esgrimida meses atrás.